Creación de un cuenco (para ovillos) (III)

Pues vale, empezamos a vaciar:

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El agujero central sirve para calcular la profundidad y para comenzar a raspar capas

 

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Hasta ahora, he ido vaciando la pieza con la intención de hacer un mortero, dejando las paredes gruesas. Pero han sucedido dos cosas: Por una parte, ha aparecido una grieta en la parte superior, como se puede ver en la fotografía (cosa que se puede arreglar). Y por otra parte, mi madre ha aparecido y dice «Podías hacer un cuenco para ovillos».

Sin saber lo que es eso, miré en internet y me pareció interesante. Así que decidí aplicar una serie de cambios:

Primero, dejar la parte superior un poco más cerrada para evitar que el ovillo tenga facilidad para salir:

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Dejamos la pared más fina y una parte superior más cerrada

 

Segundo, sacar provecho de la grieta para realizar el canal por donde ha de pasar el hilo. Para ello, se realiza un agujero con el taladro (y el torno parado y anclado), que es por donde se estira el hilo. Hay que calcular que el agujero quede al nivel del interior del cuenco, no por debajo. Entonces, marco con el lápiz por donde he de serrar el canal.

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Aprovechamos la grieta para serrar por ahí

 

Ahora, sólo nos queda serrar. Hubiera sido mejor no realizar un corte tan recto, sino más circular, porque así el hilo le cuesta más salir hacia arriba cuando se estira, pero no tenía herramientas disponibles en ese momento. Primero utilizo una sierra fina y luego repaso con una de más grosor.

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El siguiente paso es dejarlo todo lo más suave posible para que el hilo no se enrede. También le hago dos agujeros más en la parte posterior para poder dejar clavadas las agujas de media en el ovillo que sobresalgan las puntas.

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Este lijado es conveniente hacerlo a mano, ya sea con limas o con lijas

 

El resultado final:

 

 

 

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Y una vez acabado, queda una cosa así (aunque esta foto es de otro modelo que hice)

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Creación de un cuenco (II)

Una vez lo tenemos todo preparado, nos ponemos en marcha.

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Debemos ir redondeando la pieza, pero también hemos de ir pensando en la parte posterior, ya que debemos preparar cómo sujetar la pieza para proceder al vaciado del cuenco. Así que debemos redondear la base del cuenco preparando una extensión que podamos usar con el plato de garras.

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Como podemos observar, aparecen varias imperfecciones debido al secado de la madera, pero son poca cosa, y podemos arreglarlo sin problemas.

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Una vez hemos terminado la parte exterior, podemos darle la vuelta y comenzar el vaciado. Lo primero que hago es taladrar un agujero central, midiendo la profundidad que queremos darle al vaciado. Esto lo hago colocando un portabrocas en el punto de arrastre y siempre a poca velocidad (entre 100 y 250 rpm). Yo utilizo una broca de madera de 8mm.

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Una vez está hecho el agujero, ya se puede vaciar. Para esto, utilizo la nueva herramienta que adquirí en http://www.tornyfusta.com/ que consta de un raspador fino para vaciados que va estupendamente. Con una madera como esta vamos raspando sin problemas como si fuera mantequilla.

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En la próxima entrega,  veremos cómo va quedando (con cambios sobre la marcha)

Creación de un cuenco (I)

Hace ya algún tiempo, un conocido me proporcionó abundante madera de un cerezo que había sido alcanzado por un rayo en sus tierras. Durante un tiempo, conservé los troncos cortados in situ con la moto sierra y los tapé con parafina para evitar que se rajaran.

Hace un mes aproximadamente, los llevé al carpintero del pueblo para que los cortara con la sierra de cinta, ya que yo no tengo, y los dejara preparados para poder tornearlos.

Voy a mostrar los pasos que he seguido para realizar un cuenco, y cómo ha ido derivando el trabajo hasta el resultado final:

Trozo de cerezo cortado

Trozo de cerezo cortado

En primer lugar,  el trozo de madera tiene una parte plana que es el corte transversal del tronco, es decir, que el cuenco saldrá de vaciar el tronco desde su centro hacia afuera.

En la foto puede verse la capa de parafina que apliqué en su momento para preservar la humedad y que no se rajara. En general, la madera se ha conservado bien, pero siempre aparecen pequeñas grietas como veremos.

Lo ideal hubiera sido que en lugar de tener esta cara plana de forma cuadrada, se hubiera dejado de forma redonda. Así, a la hora de empezar a tornear, ya tendríamos una forma homogénea.  Para ello necesitaríamos una plantilla redonda y una sierra de cinta. En el momento de llevarlo al carpintero no caí en este detalle, pero no importa.

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Con corteza

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Sin corteza

Una de las cosas que hago al tratar con estos tacos, es quitarle la corteza: como voy a tener que desbastar la pieza hasta redondearla, la corteza va a ir saltando, y al ser tan fina, tiende a saltar en trozos grandes, así que es mejor quitarla.

Además, si no lo hacemos suelta mucho polvo y cuanto más limpia esté la madera, mucho mejor.

Normalmente no aparecen grietas debajo de la corteza, ya que esta ofrece protección, pero podemos encontrar si la madera ha sido atacada por insectos o parásitos. En este caso está limpia, pero en otro trozo me encontré un gusano que prácticamente había  traspasado medio tronco.

El siguiente paso, es colocar el tronco en el torno. Para ello, utilizo un plato con tornillos que puedo roscar en el cabezal del torno. Ya que tenemos una cara plana y cuadrada, se debe centrar lo máximo posible para que el desbaste sea regular y haya cuanta menos vibración posible.

04 05Se atornilla el plato procurando que quede centrado. En esta madera casi no hace falta hacer un taladro previo para que los tornillos entren del todo, tan sólo un poco de fuerza y ya está. Eso sí: el plato debe quedar totalmente pegado a la madera, de forma que no quede torcido o que ningún tornillo quede flojo, ya que con el torno en movimiento podría dar problemas.

06Otra cosa:  el plato lleva un pequeño tornillo allen en uno de sus laterales. Cuando roscamos el plato en el cabezal del torno, es conveniente apretar ese tornillo. La razón es que al finalizar la pieza, todo el bloque se haya quedado demasiado apretado y sea realmente difícil volver a desenroscarlo.

Una vez tenemos la pieza montada y preparada, ¿qué herramienta seleccionamos? Pues está claro que si vamos a desbastar, tiene que ser una gubia de desbaste. Cuando más grande mejor al principio. Yo tengo dos: una de 40 mm y otra de 28 mm, que para mi es más cómoda (o le tengo más cariño).

Siempre se debe usar careta (en este caso mejor que gafas) y yo personalmente me pongo una mascarilla por el tema del polvo.

Gubia de desbastar

Gubia de desbastar

Herramientas y protección

Herramientas y protección

Bueno, ya está todo preparado. Dentro de poco, siguiente paso…

Candelabros de pino

Hola de nuevo.

Después de tres años sin aparecer por aquí (pensaba que me habían borrado el blog), me animo a poner algunos trabajos más que he ido haciendo en los últimos meses.

Tenía unos listones de pino y de abeto blanco, que son maderas bastante malas de tornear y antes de echarlas al fuego, hice estos candelabros para velas de plato:

A excepción de una que he pintado y lijado para darle una apariencia antigua, todas mantienen el color blanco de la madera. Todas tienen una ligera capa de cera, que a pesar de lo que puede parecer, no se derrite porque ese tipo de velas no genera mucha calor. De todas formas, siempre se recomienda no dejarlas encendidas si no hay nadie presente.

 

De dos a tres dimensiones

Navegando por intenet (bendito saco de herramientas), concretamente en el foro de madera torneada, encontré una manera de realizar cuencos a partir de tableros. Podría decirse que es la forma más básica de la técnica del segmentado, aunque algún experto pueda llevarse las manos a la cabeza. En cualquier caso la dificultad es casi nula. Utilizando una tabla cuadrada de 200x200x20mm lo hice de la siguiente manera:
Se coloca la tabla centrada en su eje y con el segador más fino que tengamos (en este caso 2mm) se realiza un corte en diagonal con el fin de separar completamente el trozo de madera.
Cuando se han separado las piezas tenemos el centro redondo de la pieza, más o menos con forma de cono, y el cuadro de la parte exterior con un enorme agujero central donde encaja el cono. Debemos encolar las dos piezas al revés, de forma que el cono sirva de base y el aro esté encima, tomando forma de cuenco. Se deberá tener cuidado que quede lo más centrado posible. En este caso le pegué también un pequeño taco adicional para poder agarrar la pieza al plato de garras.
Pasadas 24 horas (es lo que suelo dejar las piezas hasta que se seca bien), se puede tornear.

En esta pieza, que prácticamente ya tiene forma de cuenco y básicamente sólo hay que pulirla, he utilizado el raspador en lugar de tener que profundizar con la gubia de cuencos, que resulta mucho más pesada.

Dependiendo del grosor de la tabla, de lo que afinemos al separar las piezas con el segador y de la profundidad que queramos imprimirle a la pieza, se pueden realizar más cortes. Así, con tres cortes en una tabla, triplicamos la profundidad de la pieza.

Una manera muy buena de aprovechar tableros… siempre que sean de calidad, y encima podemos agregar otros tipos de maderas para adornar la pieza. Esto ofrece muchas posibilidades.

Bote para lápices

Con un tronco de olmo, de la madera que me agencié en julio en Entorn Actiu, he realizado este bote para lápices. Le he dejado la base un poco más ancha para evitar lo que siempre me pasa, que de un manotazo se desparramen todos los bolis por la mesa. Me ha costado mucho ir agujereando la madera y al final ha quedado un agujero de 8 cm de profundidad, más que suficiente hasta para los lápices nuevos. Luego, lijado y acabado en cera de fricción.

De nuevo por aquí

De nuevo aquí tras un largo paréntesis. El trabajo, reformas en la casa, un cambio de ordenador y otros factores se han conjuntado para que no haya posteado nada en 5 meses, pero ahora, con las vacaciones de Navidad, y un pequeño periodo de descanso he podido trabajar algo.
En primer lugar, el pequeño taller ha sufrido unas modificaciones que me resultan más cómodas. Como podéis ver en la foto, he colocado, con ayuda de mi padre, una tabla en la pared con unas barras imantadas para sostener las gubias, de forma que estén siempre a mano y sean fáciles de coger. Puede parecer un poco cutre, pero hay que tener en cuenta que la casa es antigua: aún había clavos hundidos en la pared que sostenían las antiguas bisagras de los portones de lo que antes era el pesebre para las bestias, así que hemos aprovechado esos clavos para que se sostenga la tabla. He de decir que esos clavos no los saca ni un dentista con anestesia.
Ahora dispongo de mucho más sitio para todo y estos días de Navidad he aprovechado para hacer varias cosas, por ejemplo, un sonajero:

Con un trozo de la leña que se utiliza normalmente para quemar en este duro invierno, he realizado un ejercicio como el del “Anillo único” pero por triplicado, siguiendo las instrucciones del libro de la otra vez. El resultado es el que veis, y una vez terminado, hubiera preferido dejarlo un poco más delgado.

Baldufas

Para pasar el rato, siempre va bien hacer baldufas, muy sencillas de tornear y luego te entretienen. A partir de cilindros, o trozos de leña que estén medio bien, pueden salir varias piezas.
Las herramientas utilizadas habitualmente es un formón oblicuo, que utilizo para perfilar las puntas de las baldufas. Es importante que la punta quede bien definida y el cuerpo quede aplanado pero no demasiado para que al rodar tenga más estabilidad. Luego se tornea el mango, que debe ser lo suficientemente fino y largo para poder cogerlo y dar impulso con los dedos para que ruede.
La más pequeña y blanca es de madera de pino y las otras dos son de haya. La de pino pesa poco y además queda muy alta, por lo que no rueda tanto tiempo.

Más adelante probaré otro tipo de baldufa con el cuerpo más grueso, que seguramente tendrá más estabilidad.

Curso de torneado

 

El pasado 12 de Julio asistí a un curso de iniciación al torneado de madera que impartía Entorn Actiu.

Habiendo hablado previamente con ellos, amablemente fijaron la fecha del curso para un sábado en el que yo tenía fiesta en el trabajo. Suelen realizar cursos de un solo día, normalmente los sábados y procuran impartir uno cada mes aproximadamente. Para más información, consultar http://entornactiu.com.

Desde aquí un saludo a Pedro y a Antonio.

Siendo un despiste como soy, la verdad es que me llevé la cámara de fotos, pero una vez entrado en faena no hice ninguna. Tan sólo puedo mostrar la que sacaron ellos mismos, y que demuestra mi asistencia, y las que a posteriori hice de los trabajos terminados. 

Por la mañana y hasta la hora de comer estuvimos comentando cosas relacionadas con la maquinaria (excelentes tornos Nova DVR XP), afilado de herramientas y otros detalles importantes. Una vez comenzamos, comenzamos el torneado de un plato a partir de un disco de madera de abedul.

 

Al tratarse de un disco de madera prácticamente redondeado, la fijación al torno la realizamos atornillándolo a un plato. Primero rebajamos el borde hasta conseguir uniformidad y luego comenzamos a tornear lo que será la base, creando una cola de milano para que sirva de base y para poder acoplarlo a un plato de garras.

Una vez terminado, lijado y pulido con un aceite especial de fricción (con componentes de cera), desatornillamos el plato y podemos sujetarlo por la otra cada y realizar el vaciado del plato.

En este ejercicio, utilicé por vez primera la gubia de cuencos y descubrí la utilidad del (menospreciado) raspador.

El resultado es el siguiente:

Por la tarde y tras una reposada comida, emprendimos el torneado con una rodaja de olmo del que se nos propuso la “extracción” de un cuenco, realizando los mismos pasos que por la mañana.

En la foto, el cuenco en proceso y aquí tal como ha quedado.

En definitiva, un día ameno y productivo, aunque al final del día estaba baldao de tanto torneo.

Saludos

Peonza

Al limpiar el taller, desapareció toda la madera almacenada y que estaba destinada a arder en la cocinilla económica. Pero esa leña, tan sólo ha sido trasladada y durante ese proceso, algunos trozos han sido inspeccionados y elevados a la categoría de «candidatos a rodar». Precisamente el otro día vi un tarugo de madera de «carrasca», que es como la llaman aquí. Era un trozo bastante cilíndrico, es decir, que pude encontrar los centros bastante bien y no daba impresión de tener nudos. Tan sólo unas ligeras rajas en los extremos, pero que no llegaban al centro, así que no había peligro de que se rompiera.
Resultó que al comenzar a desbastar la corteza, a poca velocidad, estaba bastante dañada, posiblemente por acción de los insectos, poruq salió un polvillo no demasiado normal. En efecto, al parar el torno se podían ver surcos sospechosos, como si fuera una superficie marciana.

Profundizando en la madera, sin embargo, desaparecieron y ese tarugo resultó ser una madera bastante buena de trabajar: dura, compacta y llena de matices. El centro del tarugo era más duro y oscuro aún.

El proceso inicial fue tornear al eje, para desbastar, pero una vez alcanzada una «uniformidad» en el cilindro, realicé una rebaja en uno de los extremos, para poder sujetar la madera al plato de garras «SuperNova» y poder tornear al aire.

Esto me permitió tornear la punta con mayor eficiencia.

Aquí se puede ver el resultado.

PeonzaDetalle de un nudo y las lneas

Se aprecia que las líneas no me han quedado demasiado bien, posiblemente porque las hice a poca velocidad.

 

Vamos a ver: se supone que esto es una peonza, pero para que lo sea realmente, tiene que rodar. Y para que ruede, las peonzas tienen una punta de metal, normalmente un clavo. Creo que esto voy a dejarlo en «réplica de peonza», porque no quiero estropearla.